sábado, 11 de septiembre de 2010

Crónicas D y P - Entrega N°8 -


Miércoles 30 de septiembre – 21:16 hs. Paula
Habiendo terminado ya todas las preguntas del parcial, Paula se levanta de su banco y le entrega el examen al profesor. Suponía que le había ido bien, a pesar de que le había costado mucho concentrarse en la primera media hora.

No veía la hora de salir de la facultad y ver si tenía algún mensaje de Camila en el celular, preguntándole cómo le había ido, o recordando lo linda que había sido la tarde de hoy, a pesar de la discusión. Mientras seguía revolviendo la mochila –siempre el celular estaba debajo de todo- pensaba que también le gustaría leer un mensaje de arrepentimiento por parte de Camila, por haber desconfiado de ella y haberle respondido mal.

Mira la pantalla externa del celular, tenía un sobrecito de “nuevo mensaje”. Lo abre, ansiosa:
“Hoy: promo Duplicate con Movistar (…)”

Pau cierra el celular con bronca. La enojaba estar tan pendiente de una persona; sentía que desde que la había conocido, todo acto en su vida era tomado como una forma de “hacer tiempo” para verla a ella, o ocupar la cabeza para no pensar en ella. Y eso que habían pasado tan pocos días…

Baja las escaleras de la facultad, con una expresión muy seria en la cara.

- A vos te estábamos esperando! Cambiá esa carucha, eh. Vamos a tomar unas cervezas para descargar tensiones, ¿querés? De paso nos contás qué te anda pasando – exclama Ceci, sacudiéndola levemente de los hombros. Estaba junto a Víctor, su hermano gemelo, que también cursaba con ellas.

Cecilia era una de las chicas con las que mejor se llevaba en la facultad. Ella y su hermano eran de la localidad de Chacabuco, provincia de Buenos Aires, y habían venido a la capital a estudiar. Pau siempre decía que tenía tan buena relación con ellos porque eran mucho más relajados y simpáticos que los porteños.

- Bueno, pero vamos un ratito nomás… - cualquier evento era mejor que volver a su casa a mirar fijo el celular y escuchar de fondo los planteos de su madre


Miércoles 30 de septiembre – 21:16 hs. Daniela
Lorena fumaba un cigarrillo acostada en el sillón, toda estirada y con la cabeza colgando a 45 grados. Estaba casi completamente desnuda, salvo por una bombacha negra.

Dani estaba parada hablando por teléfono, vestida con la musculosa negra de Lore, que le quedaba algo grande. Habían estado haciendo el amor sin parar hasta hacía diez minutos.

- Si, tres de jamón y queso, dos de pollo y una capresse. Ah, ¿capresse no hay?… Gorda, capresse no hay…
- Que ponga jamón y queso – responde Lore, sin mover un músculo de su posición
- Entonces otra de jamón y queso… Si… Eso mismo. Te pago con cambio. Gracias
Dani corta el teléfono y lo deja sobre la mesita.

- Vení a darme un beso que ya te extraño… - solicita Lore
Daniela le saca el cigarrillo de las manos, le da una pitada y larga el humo dentro de la boca de Lorena. Después se sienta a su lado, en el piso, y comienza a darle unos besitos en las tetas.
- Uhhh – exclama Lore, levantando las cejas con asombro
- ¿Qué pasa?
- Mirá el chupón que te dejé en el cuello! No me di cuenta que era para tanto – exclama
- Uy a ver… - Dani se acerca al espejo del baño – Hija de puta!! – se escucha desde el baño.
Lore larga una carcajada.
- ¿De qué te reís, boluda? ¿Cómo disimulo esto? Germán me va a matar!
- Decile que fui yo
- Si le digo eso nos caga a trompadas a las dos – responde Dani, mientras se pasa un peine sobre el chupón

Suena un celular.
- Uh, ese es el ringtone de Carla – se queja Lore
Dani se queda dura frente al espejo, procurando hacer silencio para escuchar claramente la conversación entre Carla y Lorena.

- Hola mi amor… yo también te extraño… no, yo tampoco quiero que nos peleemos más… viste, yo soy un desastre, pero sabés que te amo
El “te amo” estremeció a Dani. Se sentó en el borde de la bañadera y siguió escuchando.
- Ah, ¿venís para acá?... ¿ahora?... ¿en cuánto estarás?... ah, justo, bárbaro. Pedí empanadas de las que te gustan… si, esas! Bueno, te espero… un besito!

Dani se puso blanca, y se quedó sentada en donde estaba. Increíblemente se había quedado sin palabras; la indignación la había superado totalmente.

- Hermosa, te tenés que ir. Perdón, pero justo me llamó Carla, viste… - Dani escucha la voz de Lorena acercándose hacia el baño.

Llega a la puerta del baño; Dani levanta la cabeza y la mira fijo con los ojos húmedos y llenos de enojo y desilusión. No hicieron falta palabras. Lore se quedó dura, sintiendo que esta vez ya se le habían ido las cosas de las manos.


Miércoles 30 de septiembre – 22:08 hs. Paula
- Bueno, pero mi novio no está tan bueno como el profesor de Economía…
- No sé cómo te puede gustar ese viejo, Ceci! – exclama Pau levantando la voz, entre risas
- ¿Qué tiene? Gustos son gustos… Quiero que me hable con esa voz de locutor, que me lleve a cenar y me hable de los números del INDEC y yo mirarlo embobada sin emitir sonido, que me tome examen y me rete si no aprendí algo… ahhh es amor, es amor

Ambas ríen ante la situación descripta por Ceci.

- Me aburrieron con esta charla de mujeres, voy al baño – se queja Víctor, y se levanta de su silla

- Bueno Pau. Vamos al grano – susurra Ceci apenas se fue su hermano, acercándose a Paula con expresión de misterio
- ¿Al grano? ¿De qué querés hablar?
- De qué es lo que te pasa. Me decís que en tu casa está todo bien, que el laburo anda bárbaro… pero hace meses que estás muy rara. Te noto triste, incómoda. Hace tiempo que no me contás si salís con alguien, no sé nada de vos… Y no es que me quiera meter, viste, pero hace tiempo que me estoy aguantando de preguntarte, quiero saber si hay algo de lo que querés hablar, o si puedo ayudarte en algo… - a Ceci el alcohol la ponía algo más verborrágica de lo que era normalmente – Yo siento que por ser tu amiga no puedo hacerme la boluda con esto; quizás lo tomes como una invasión de tu privacidad, pero…
- Bueno, bueno, te entendí – la interrumpe Pau, algo sorprendida por el planteo
- ¿Querés que hablemos del tema?
- Bueno, te comento rápido antes de que vuelva Víctor. Primero te quiero decir que no estoy mal, sino que estoy algo revolucionada.
- Aha…
- Y el tema tiene que ver con una relación que tengo, que es una relación, digamos, diferente…
- Diferente. Mirá vos…
- Si, no es común. No te puedo contar detalles ahora, no estoy preparada…

- ¿Y? ¿Ya dejaron de hablar de chongos? – pregunta Víctor, que había tardado poco más de un minuto en el baño
- No, ahora nos toca el rubro actores de cine, así que preparate – bromea Ceci, levantándose de la silla.
- ¿Me acompañás al baño, Pau?


Miércoles 30 de septiembre – 22:08 hs. Daniela
- Hola mi amor… sí, estoy en la calle… ¿Llorando? No, no… En serio no estoy llorando… ¿No me creés?... Si, es por temas de laburo, mi encargada está cada vez mas forra. Aparte me debe estar por venir, vos sabés que me pongo medio sensible… ¿Cenar, hoy? No, estoy con la panza medio revuelta, mejor me voy a casa, ¿sabés?… Si, ya sé que mañana tengo franco, pero no tengo ganas de salir… No te enojes… Dale, Ger, no te enojes. El finde hacemos algo lindo juntos (que ya se me va a haber ido el chupón)… Bueno, corazón, gracias por entender. Yo llego y me acuesto. Te mando un besito…

Daniela abre con furia la puerta de su casa. Creyó que no había nadie, dado que no se oían ruidos ni había gente en el living, y largó el llanto fuerte que se venía aguantando desde hacía varias cuadras.

Sebastián la escucha y se levanta de un salto de la silla de la computadora
- ¿Qué te pasó, Dani? – pregunta, e intenta abrazarla
- Es Lore… - Dani esquiva el abrazo y se tapa la cara con las manos
- ¿Qué pasa con Lore? ¿Qué le hizo a mi hermanita?
- Me hace muy mal, Lore me hace muy mal… - responde Dani con esfuerzo, le costaba hablar por la congoja. Y finalmente acepta el abrazo de su hermano
- ¿Me querés contar qué te hizo esa turra? ¿O querés que le vaya a pegar?
- Jajaja, ¿a quién le vas a pegar vos?
- Eso quería, que te rías. Ambos sabemos que Lore me rompe todos los huesos.
- Te quiero tanto – exclama entre lágrimas y hace más fuerte el abrazo
- Yo también, boba. Y te quiero más si la próxima te cuidás de los chupones. Se te va a armar un quilombo a vos…
- Uy, se nota mucho, ¿no?
- Bastante…
- Quiero salir – dice Dani, secándose las lágrimas - ¿Hay algo gay abierto hoy?
- Claro que sí
- Llevame a algún lado


Miércoles 30 de septiembre – 22:14 hs. Paula
Las chicas entran al baño. Uno de los cubículos estaba ocupado. Ambas esperan que se desocupe, en un cómplice silencio.
Pau ya tenía uno o dos vasos de cerveza de más. En lugar de sentirse intimidada por la indagación de hacía unos segundos, le calentaba imaginar que iba a confesarle cosas íntimas a Ceci, las dos solas en el baño.
Sale la chica que estaba ocupando el cubículo; se lava las manos mirándolas a las chicas sospechosamente a través del espejo, y vuelve al bar.

- Te dije de venir acá porque no podía quedar la conversación así. Que se yo, si no me querés contar más nada volvemos, pero cuando llegó Víctor me pareció que te faltaba decir algo…
- En realidad cuando llegó Víctor yo te estaba diciendo que no estaba lista para contarte más detalles. Me parece que lo escuchaste, pero no te conforma la respuesta
- No, no me conforma – responde Ceci, mirándola a los ojos

Pau sintió que el aire se estaba poniendo cálido. Ceci siempre le había parecido atractiva, con su pelo castaño claro perfectamente ondulado, su mirada profunda, su cuerpo tan estilizado…
Respiró hondo.
- Me gustan las mujeres.
- Aha, ¿y? – pregunta Ceci, desafiante
- ¿Cómo “y”?
- Si, ¿qué tiene? No me digas que tenés esta cara de orto hace meses por ese motivo.
- Obvio, Ceci! No es fácil el proceso de darte cuenta, aceptarte y…
- Ok, cada uno tiene diferentes tiempos, eso es cierto. Y tabúes propios también – la interrumpe Ceci
- ¿Te pusiste muy seria o es idea mía?
- Eh, puede ser, puede ser – responde Ceci, sacudiendo apenas la cabeza, como quien intenta ahuyentar pensamientos de su mente – Me da bronca que no lo hayas hablado conmigo en todo este tiempo; yo te conté tantas cosas…
- Sos la primer persona a quien se lo cuento. ¿Eso te deja más contenta?
- Mmm un poquito sí. Que honor! – bromea Ceci, y se queda un instante más mirándola a los ojos – Uf, como me gustaría que me cuentes todo ya – exclama, mientras abre la puerta para salir del baño
- No va a faltar oportunidad


Miércoles 30 de septiembre – 22:14 hs. Daniela
- Dani… me dicen que el lugar al que te quería llevar está cerrado – exclama Sebastián, sentado en la computadora
- ¿Y no conocés otro? – indaga Dani, prendiéndose un cigarrillo
- Que abra los miércoles no. Pero algo debe haber, dejame que siga mirando en internet

Dani comienza a dar vueltas por el cuarto, fumando tranquilamente. Ya se había calmado un poco.
- Mirá, acá hay uno. Y mi amigo del chat me dice que se pone…
- Bueno, genial, vayamos ahí.

Suena el celular de Dani; era un mensaje de texto de Lorena:
“Hace tiempo que no la pasaba tan bien. Me dejaste muy loca”

Cuando Dani comenzaba a esbozar una sonrisa, suena de nuevo el celular.
“Carla está abajo. No me respondas. Chau”

- La puta madre! – exclama Dani, en voz alta
- Hey, ¿Qué te pasó ahora?
- Nada, Sebas, nada. Salgamos ya.
- ¿Ya? ¿Adonde querés ir vos así vestida? Lavate bien esa carita, te pintás, te ponés la musculosa azul que te queda bien perra, y recién ahí salimos. ¿Okey?
- ¿Qué? ¿estoy fea así?
- No, Dani, no estás fea… - responde Sebas con fastidio
- Bueno, me pongo la azul. ¿Me bancás que me baño rápido?
- Uf. Dale, pero después no te quiero escuchar decir que no te tengo paciencia…
- Es tan bueno mi hermanito! – exclama a los gritos, agarrándolo a Sebas de los cachetes


Miércoles 30 de septiembre – 23:03 hs. Paula
Paula se levanta por tercera vez en la noche para ir al baño; siempre que tomaba cerveza le pasaba lo mismo.
Cuando vuelve, nota algo raro entre Cecilia y su hermano.

- Bueno chicas, yo me voy. Mañana me levanto re temprano y todavía tengo que terminar unas cosas. – exclama Víctor, luego de un extraño silencio entre los tres

Pau también se levantaba temprano; se hubiera ido también, de no ser por la mirada de Ceci… parecía que trataba de decirle algo.

- Ceci, ¿te pasa algo? ¿Vos le dijiste a Víctor que se vaya?
- Si, le dije que teníamos unas cosas privadas que hablar. ¿No es verdad eso?
- Eh, digamos que si…
- Estoy re en pedo. Tomé un montón con el estómago vacío. Tengo miedo de decirte boludeces.
- Yo también tomé bastante; decí lo que tengas que decir, que quizás mañana no me acuerde… – exclama Pau, pensando en las escenas borradas del sábado pasado. Ambas ríen.

- ¿No te gustaría tener a veces un día libre de todo tipo de responsabilidades? ¿Poder hacer lo que quieras, y que nada tenga consecuencias? Que sea sólo sentir, y hacer. Sentir y hacer.
- Es increíble imaginarlo… - responde Pau, que ya tenía los ojos brillosos por el alcohol

Ceci la toma de una mano, y comienza a hacerle caricias muy suaves. Tiernas, incluso. Pasa los dedos por sus uñas, juega con sus anillos…

- Te quiero mucho, Ceci.
- Yo también te quiero mucho! – responde Ceci, presionándole la mano
- Me encanta haberte contado lo que me pasa. No sé cómo no se me ocurrió antes, quizás hubiera sido todo más fácil si vos estabas al lado mío.
- Perdón por cómo te respondí en el baño. Fue muy fuerte escuchar lo que me dijiste, y creo que reaccioné poniéndome un poco a la defensiva
- ¿A la defensiva?
- Si, algo así. Me movilizó mucho lo que me contaste, no se por qué… - exclama Cecilia, mirando hacia el frente, tratando de evitar el contacto visual con Pau


Miércoles 30 de septiembre – 23:03 hs. Daniela
- Vos tenés mucha noche, eh. Me parece que cuando me decías que te quedabas a dormir en lo de Franco, en realidad de ibas de gira por ahí…
- Todo lo contrario, con Franco me quedaba a dormir en serio… - confiesa Sebas, con una sonrisa pícara
- No!
- Si!
- No me digas que Franco es gay!
- Así es muchacha, y varios más que vos conocés. Vos vivís en un tupper, que no te das cuenta. Pero ya te voy a ir contando…
- Me parece que es ahí. Avenida Santa Fe al…
- Si, es ahí. No hace falta mirar la altura, ¿no ves la pinta de los tipos que hay en la puerta?
- No me digas que es un lugar exclusivo para hombres…
- No se, Dani! Ahora lo vamos a averiguar

Sebastián y su hermana cruzan la calle y se acercan a la puerta del bar. Un patovica los detiene.

- ¿Mayores, los dos?
- Si – responden al unísono
- Documento, por favor
Dani se queda pálida por un instante, pero Sebastián, tranquilo, le acerca su documento al patovica.
- ¿Usted, señorita?
- Tengo la cédula
El hombre la mira rápidamente y los deja ingresar.
- ¿Hasta documento falso tenés? – susurra Dani
- Obvio
- Pendejo doble vida – exclama, pegándole en el hombro

Bajan la escalera de ingreso al lugar y corren unas cortinas algo sucias, que colgaban en forma de telón.
Unas luces violetas iluminaban todo el salón. El aire estaba pesado y olía a cigarrillo.
Se empiezan a mover algunas figuras en la oscuridad. Efectivamente, a simple vista eran todos hombres.


Miércoles 30 de septiembre – 23:29 hs. Paula
- Pero a vos siempre te encantaron los hombres!
- A vos también, Pau. Mil veces te escuché hablando de hombres
- Pero hace tiempo que no menciono a uno…
- Es cierto, hace meses que estás muy misteriosa
- Si, y ya te conté el motivo. Dejemos de hablar de mí, Ceci – insiste Pau, sacudiéndole levemente la mano, de la cual estaba agarrada hace casi media hora
- ¿Te diste cuenta de que nunca nos soltamos la mano?
- Yo no me puedo despegar… - exclama Pau, mirando tímidamente hacia abajo por un segundo – Dale, contame que pasa…
- Bueno… - Ceci mira hacia arriba, como ordenando las palabras que estaba próxima a decir, y hace una pausa. – Desde que nos hicimos amigas yo tengo un sentimiento algo… mmm… como “posesivo”, hacia vos. Hago esfuerzos para manejarlo, porque nunca quise que ni vos ni nadie lo notaran. Pero por dentro es algo totalmente incontrolable para mí. Me vuelvo loca si hablás con alguna de las chicas, o si me entero que fuiste a tomar mate dos minutos en la casa de Naty, que vive a la vuelta de tu casa.
- Creo que alguna vez lo noté, pero siempre creí que eran los típicos celos de amiga.
- Yo trato de creer eso también, Pau. Pero ahora me entero de que estás saliendo con una mujer, que encima no me lo habías contado, y se me hace un nudo en la garganta. Me mata la angustia.

Pau se queda mirándola sin saber qué decir. Esto definitivamente la había hecho olvidar toda la cuestión de Camila, al menos por un rato.


Miércoles 30 de septiembre – 23:29 hs. Daniela
- ¿Pedimos otro fernet? – propone Sebas
- Y dale, tenemos que levantar con algo, esto es un embole!
- Vos estarás aburrida, yo me estoy estimulando la vista
- ¿Ah, sí? ¿Quién te gusta?
- Varios, pero hay dos que me están volviendo loco. Encima me miran.
- ¿Cuáles? Mostrame!
- Mirá disimuladamente al pelado que está contra la columna, y el chico de gorrita que está con él
- ¿Esos? Pero son pareja! – señala Dani
- Disimuladamente te dije!!
- Bueno, perdón. Pero son pareja, te deben estar histeriqueando nomás
- ¿Histeriqueando? Miralos, ahí vienen
- Sebastián, ni se te ocurra irte con esos dos!
- Shh. Dejame que me divierta un rato

- Buenas noches… - saluda el musculoso chico de gorrita
- ¿Cómo les va? – responde Sebastián
- Muy bien, ¿y vos? ¿Estás con ella?
- No, no. Es mi hermana torta que está saliendo del closet. La traje acá creyendo que era un lugar mixto, pero me equivoqué… - responde, sonriendo
- Tarado! ¿Por qué le contás? – le pregunta Dani a su hermano en el oído
- ¿En serio? Yo tengo a una chica de mi grupo que está exactamente en tu misma situación. Pero vino a acompañarnos nomás, ella ya sabía que este era un lugar de hombres. Va a ser una linda sorpresa saber que tiene alguien con quien charlar.
- Uy genial, traela! – responde Sebas, sin dejar hablar a su hermana


Miércoles 30 de septiembre – 23:37 hs. Paula
- Es raro, Ceci, vos te mostraste muy abierta en el baño cuando te comenté que me gustaban las chicas… y ahora me decís que te angustiaste porque sentís algo parecido. – indaga Paula
- Es que para mí no es extraño el sentimiento de calentura hacia otra mujer. Me parece natural, y hasta creo que todas las chicas lo tienen de vez en cuando, pero pocas lo expresan…
- Aha…
- Todas somos bisexuales hasta que se demuestre lo contrario, ¿no? – agrega Ceci, sirviéndose otro vaso de cerveza
- Jaja, si vos lo decís…
- Si, para mi es así
- No entiendo, Ceci, seguís sin explicarme el motivo de tu angustia
- Es que estoy trabada.

Pau le permite unos segundos de silencio.

- Estoy abriendo los ojos, Pau. Lo que me pasa con vos no es una boludez. Eso es lo que me angustia y me deja sensible.

Pau tardaba un poco en reaccionar, en parte por el alcohol y en parte por lo sorprendida que estaba ante esta situación.

- Siento que te perdí. Nunca te dije lo que me pasaba con vos, y ahora te enamoraste de otra persona. Además, aunque me eligieras a mí, yo no sé si estoy preparada… - exclama Ceci, con la mirada ya bastante perdida

Paula no podía creer que estuviera conteniendo a alguien justo en el momento en el que ella necesitaba más contención, por el rechazo de Camila. Se moría de ganas de llevarla a Ceci de la mano a algún lado y comerla a besos, pero tenía que definir si era por despecho o si era porque realmente lo sentía. No podía jugar con ella, era una de las amigas que más apreciaba…


Miércoles 30 de septiembre – 23:37 hs. Daniela
- Ahí viene. Está soltera, toda para vos – le dice el chico de gorrita a Dani
A Daniela no le gustaban este tipo de presentaciones. Odiaba que intervengan terceros.

- Daniela, ella es mi amiga Eli. Eli, ella es Daniela. Mirá que linda chica te conseguí, ¿eh?
- Muy linda… ¿Vamos para allá a tomar algo? – propone Eli, señalando la barra
- Y dale…

Eliana era una chica de unos 26 años, tenía el pelo castaño oscuro bien lacio y largo, y usaba unos anteojos de marco negro grueso que le daban un look intelectual. Su ropa era bastante sobria, de colores oscuros. A simple vista, parecían agua y aceite con la rubia y llamativa Daniela.

- ¿Qué tomás?
- Yo tenía un fernet, lo dejé en la mesa, bancá que lo voy a buscar. Pedite algo vos
- No te vayas, dejáselo a los chicos. Te pido otro – exclama Eli, tomándola suavemente de la muñeca

Dani se sorprendió ante ese gesto, pero se quedó a su lado

- ¿Así que viniste a acompañar a tus amigos? ¿No te aburrís acá? – indaga Dani
- ¿Por qué me voy a aburrir? ¿Porque son todos varones?
- Y… digamos que sí
- Entonces, según tus palabras, ¿vos salís sólo si tenés la posibilidad de levantarte a alguien?
- No, no es así!
- Bueno, te acabás de responder vos sola la pregunta – responde Eliana, guiñando un ojo
- Okey, te estaba dando charla nada más… – responde Dani, seria. Se había sentido un poco atacada ante la forma de responder de Eliana
Se hace un breve silencio.

- Perdón, a veces soy un poco irónica. No me doy cuenta de que la gente que no me conoce lo puede tomar a mal
- Bueno, disculpa aceptada
- Genial. Contame, ¿vos estás con alguien?
- Si. Estoy con la mujer más hermosa y sensual del mundo
- Aha… ¿y ella por qué no está acá con vos?
- Porque está con la novia. – responde Dani, prendiéndose un cigarrillo


Jueves 1 de octubre – 00:05 hs. Paula
- Ceci… ¿Nos vamos de acá?
- Dale, necesito caminar un poquito.

Luego de pagarle al mozo, las chicas se levantan de sus sillas al mismo tiempo
- Uf, que mareo que tengo – comenta Pau
- Yo también, terrible! Vamos a tener que ir caminando abrazadas como dos borrachas
- ¿No queda otra, no? – responde Pau, sonriendo
 - Me parece que no…
- ¿Me esperás un minuto que voy al baño?
- Dale, te espero afuera

Pau entra en uno de los cubículos del baño, se baja el pantalón y la bombacha, y mientras hace pis busca un carilina dentro de su bolso. Se seca con el pañuelito, notando claramente lo mojada que estaba. Aprieta el botón, se enjuaga las manos, se arregla el pelo, y sale del baño, pensando en cómo iba a evitar ese inminente beso que se aproximaba. No sabía si iba a poder controlarse.

- Te acompaño hasta tu casa, ¿querés? De ahí me tomo un taxi – ofrece Ceci
- Mirá que son más de veinte cuadras…
- No importa… Vamos charlando, tranquilas. No se, siento que necesito caminar después de esta charla. Fue liberadora para mí, y a la vez angustiante. ¿Vos estás incómoda, te querés ir? Si es así decime, no seas boluda
- Ceci, ¿cómo voy a estar incómoda con vos? No digas pavadas. Vamos…

Caminaron durante un rato largo, sin tocar el tema recientemente hablado, casi en silencio. Ceci iba agarrada del brazo de Pau, con los ojos algo vidriosos, mirando hacia adelante. Pau la miraba de reojo constantemente.


Jueves 1 de octubre – 00:05 hs. Daniela
- Yo no entiendo lo que le pasa! Me daba todos los indicios de que quería probar algo conmigo, pero la llama la hija de puta de la encargada y deja todo! A la vez, siempre me da a entender que no está enamorada de ella, sino que sigue solamente por interés…
- ¿Interés? ¿De qué?
- Porque si corta con ella Carla la echa.
- Yo no seguiría con alguien sólo porque me permite mantener un laburo de “moza”. No es por desmerecer tu trabajo, pero creo que esta chica Lorena puede conseguir un trabajo del mismo estilo en otro bar, o restaurant, si es lo que ella quiere…
- ¿Qué me querés decir?
- Visto desde afuera pareciera que hay algo más que la retiene ahí
- ¿Amor?
- Que se yo, no soy un oráculo! Te estoy dando una simple opinión, desde un punto de vista totalmente objetivo.
- Si, yo también creo que hay algo más. Pero ella no soporta mis preguntas.
- Está bien, no las soporta pero a la vez te ve enganchada con ella y te sigue buscando, cuando sabe que hoy no está dispuesta a dejar nada por vos. Es un juego medio macabro, me parece. No te enrosques con esto, estás a tiempo, salí. Esta mina te va a hacer sufrir.
- ¿Cómo sabés que no va a dejar nada por mí? Por algo me busca y…
- Basta, por favor. Te digo nada más que creo que es una chica que no sabe bien lo que quiere. Y esas chicas a veces son las que más nos hacen sufrir. Pero no vine a hablar con vos para psicoanalizar a tu novia, o tu amante… ¿podemos cambiar de tema?

Daniela da vuelta la cara hacia su derecha porque le hacen señas. Es su hermano Sebastián, preguntándole con el dedo pulgar hacia arriba si está todo bien. Seguramente su expresión corporal denotaba su tensión y enojo. Pero Dani respondió afirmativamente, con un leve movimiento de cabeza.


Jueves 1 de octubre – 00:43 hs. Paula
Luego de casi haber alcanzado las veinte cuadras del trayecto, la mano de Ceci –que inició la caminata tomando el brazo de Paula- había terminado agarrando suavemente su muñeca. Pau tenía las manos en los bolsillos del pantalón, por lo tanto a simple vista no se notaba.

Una cuadra antes de cruzar la calle del departamento de Pau, mientras esperaban a que cortara el semáforo, ambas deciden sentarse en los escalones de un local abandonado, donde siempre se sentaban para terminar sus charlas. No se querían separar todavía.

Se sientan casi al mismo tiempo, y se miran a los ojos. Ambas estaban un poco más sobrias, el aire les había hecho bien. Ahora tenían que lidiar con esta situación de otra manera: mucho más conscientes de sus palabras. Ceci parecía dispuesta a decir algo.

- ¿Vos querés hablar o me parece?
- Si. Pero vos sos la única persona que logró en mi vida dejarme sin palabras. Sos vos, o esta situación tan confusa, no lo sé. Me encantaría que acordáramos algo claro, que me ayude a predecir el curso de las cosas. Te diría algo como: “bueno, a partir de ahora las cosas van a ser de tal manera, el día que yo me decida te lo cuento y si vos te decidís por mí lo hablamos, y mientras tanto sigamos con nuestra amistad como si nunca hubiéramos tenido esta charla”. Pero no puedo! No entiendo, no se qué puede pasar.
- Relajate, hermosa –aconseja Pau, y toma su mano, calentita- no hay que pensar en estas cosas. No lo podemos manejar, la manera de relacionarnos se va a ir dando sola.
- Ay, ¿por qué hablé? No lo puedo creer… - se pregunta retóricamente Ceci
- Era hora de que habláramos las dos. No estábamos siendo sinceras la una con la otra, ¿te parece bien eso? ¿Cuánto tiempo más podíamos durar así?

Ceci responde abrazando a Pau por la cintura, apoyando el cachete en su hombro, de perfil, mirando hacia abajo. Pau cruza los brazos por su espalda y le da una secuencia de besos cortitos en el pelo.
Se quedan unos segundos así, hasta que Ceci levanta lentamente la cabeza y, con los ojos entrecerrados, ambas acercan sus labios a los labios de la otra.
Apenas Pau siente que su boca toca la de Cecilia, se le cruza por la cabeza la cara de Camila, como un relámpago que la deja en blanco, y la obliga a correr los labios levemente hacia un costado.


Jueves 1 de octubre – 00:43 hs. Daniela
- ¿Vos alguna vez estuviste en pareja con una mujer? – pregunta Dani
- Si. Hace un tiempo corté con la última, se llamaba Karina.
- ¿No se ven más? ¿O es una de esas ex parejas que una tiene siempre dando vueltas?
- No, con ella no me veo más. No entiendo como alguna vez pude sentir amor por ella. – responde Eliana
- ¿Para tanto? ¿Por qué?
- Un día me di cuenta de que yo estaba siempre incondicionalmente para ella, pero ella no me apoyaba, ni en una décima parte de lo que yo lo hacía. Además, llegó un momento en el que nos peleábamos todos los días, una o dos veces por día; y al final de todo, ni siquiera las reconciliaciones eran buenas: no teníamos buen sexo. En realidad nunca lo tuvimos.
- ¿Ah, sí? ¿Por qué? ¿Eran las dos muy activas o muy pasivas?
- Uf, se nota que sos nueva en esto.
- ¿Qué dije?
- Por la manera de catalogar. Todavía debés creer que en las parejas de mujeres una representa al hombre y la otra a la mujer.
- Bueno, es una forma de decir…
- En algunos casos se da, ojo. Que una de las dos actúe constantemente a imagen de semejanza de un hombre, y la otra sea muy femenina. Pero en general, los roles van cambiando según las situaciones. Especialmente en la cama, ¿no? Sino pierde la gracia…
- Bueno, esa es tu opinión…
- También depende de con quién estés saliendo. Con mi novia anterior a Karina, yo había adoptado un rol bastante dominante, cosa que no se dio con Karina. Fue casi diametralmente opuesto.
- ¿Y de qué forma te sentís más cómoda?
- Dominando. – responde Eli, con aparente seguridad
- A ver… ¿qué rol tomarías conmigo? ¿Qué te genero?

Ambas ríen. Eliana no se mostró nada incómoda ante la pregunta, incluso le había resultado divertida.
- Mmm – piensa Eli, mirándola fijo a Dani
- No pienses tanto…

Eli apoya un codo en la barra y se acerca un poco más a Dani
- Lo voy a definir cuando salga con vos. ¿Me das tu teléfono?


Jueves 1 de octubre – 00:56 hs. Paula
- Bueno Ce, nos vemos mañana en la facu…
- Si. ¿Buscaste lo que pidió la profesora? – pregunta Cecilia, haciendo de cuenta que hacía unos minutos no había pasado nada
- No, mirá si voy a buscar…
Ambas ríen
- Claro, estás con la cabeza muy en otra cosa – exclama Ceci, mirando hacia abajo, tratando de ocultar su expresión de tristeza
- Digamos que sí…

Ya en la puerta del edificio de Pau, las chicas se despiden con un abrazo fuerte y sin decir nada más.

A pesar de que vivía en el primer piso, Pau tomó el ascensor. Se miró al espejo, y se preguntó cómo iba a hacer para levantarse al otro día, con todo el alcohol que había ingerido.
Abre la puerta del departamento, y apenas se dispone a cerrarla con llave escucha el timbre del portero eléctrico. Sin atender, mira por la pantalla a través de la cual se veía quien estaba en la entrada del edificio.

- ¿Pasó algo, Ceci? – pregunta Pau a través del portero eléctrico
- Si, bajá – responde Cecilia, sin dar más detalles.

Pau deja la mochila en una silla de la cocina, y abre la puerta para bajar.
Esta vez baja por las escaleras en lugar de tomar el ascensor, y caminando rápido se acerca a la puerta transparente de ingreso al edificio.
Afuera se la veía a Ceci, parada casi inmóvil, mirando fijo los movimientos de Pau hacia la puerta. Al verla sintió un cosquilleo en la panza.

- Pau… -
- ¿Qué, mi amor?... – pregunta Pau, tomándola de las manos. Fueron palabras y actos tan espontáneos, que hasta ella misma se sorprendió.
- No puedo irme así, te juro que no puedo – responde Ceci, llevando a Pau contra una pared.

No hizo falta decir nada más. Cecilia la tomó de las mejillas y le dio el beso que tanto necesitaba hacía tiempo. Pau acercó el cuerpo de Ceci al suyo, y le respondió el beso con bastante calentura.
Ceci, que nunca había despegado las manos del rostro de Pau, ahora la tomaba de la nuca. Cuando parecía que no iba a detenerse más, separó su cara de la de Pau, con el fin de que ambas se miraran a los ojos.
- Es mi amiga… ¿qué estoy haciendo? – se pregunta Pau, antes de seguir mordiéndole los labios.

Jueves 1 de octubre – 00:56 hs. Daniela
- ¿Pero por qué no me querés dar tu teléfono? No entiendo. – indaga Eliana
- Bueno, no me insistas tanto! Ya te dije que no te lo puedo dar, ¿para qué querés más detalles?
- ¿Qué no insista tanto? Pero nena, ¿quién te creés? Al final son todas histéricas, más aún cuando recién salen del closet.
- ¿Sabés qué? Me parece que vos estás bastante resentida con algo, y te la querés agarrar conmigo. Me estás diciendo cosas negativas desde que empezamos a hablar.
- ¿Resentida? Sos vos la que no querés abrir los ojos, con muchas cosas. Y evidentemente no sabés manejarte en este amb…
- Y no me digas histérica! – la interrumpe Dani – No te quiero dar mi teléfono porque además de todo tengo novio! Y no quiero tener más bardos en mi vida, ya me basta con esta situación que estoy viviendo, no puedo con dos. ¿Entendés? Así que no agredas sin saber.
- ¿Novio, encima? Ah bueno!!

- Dani, ¿qué pasa? – pregunta Sebastián, intercediendo en la discusión - ¿Ya armaste kilombo?
- ¿Qué? ¿Vos también te la vas a agarrar conmigo? Sos un pendejo inmaduro, no sé para qué acudí a vos!
- Tranquilizate
- No me tranquilizo nada. Me voy, Sebastián. Y no se te ocurra venir detrás mío, quiero estar en paz un rato.
- Bueno, loquita, relajate un poco. No camines como una desquiciada en la calle, que te puede pisar un auto – bromea Sebastián
Daniela lo ignora y se pone su abrigo
- ¿No vas a saludar a tu amiga? – pregunta Sebas
Dani levanta la vista y se encuentra con la mirada entre confundida y sorprendida de Eliana. Por un segundo tuvo ganas de pedirle perdón, pero sólo atinó a saludarla con un poco demostrativo beso en la mejilla.
- Chau, Sebas – exclamó Dani, y se dirigió hacia la puerta.

Trató de controlar las lágrimas durante unos minutos, pero luego de caminar dos cuadras se quebró.


1 comentario:

  1. Hola Faith,soy peruana mi nombre es Joam mi y hoy estaba tonteando un poco en la red y encontre tus historas solo puedo decir wuauuu son super adictivas la verdad q no podia esperara a leer q mas pasaria, asi como la mayoria de tus fans yo me sumo al pedido de que sigas escribiendo pues lo haces sencillamente MAVILOSO

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