sábado, 11 de septiembre de 2010

Crónicas D y P - Entrega N°9 -


Jueves 1 de octubre – 09:24 hs. Paula
- Paula!! ¿Qué hacés todavía durmiendo? Siempre igual, vos! Te van a echar!!
- ¿Qué?! ¿Qué hora es?
- Son casi las diez de la mañana! Yo vengo de acompañar a tu padre a hacer un estudio, te avisé que te levantaras antes de salir, pero no me diste ni pelota. ¿Qué te quedaste haciendo anoche?
- ¿Las diez?! La puta madre!!
- Sos un desastre, no se qué te está pasando últimamente
- Callate mamá, dejame en paz. Aparte, no son las diez todavía!
- Igual estás llegando tardísimo
- Bueno, dejame por favor, yo me arreglo, son mis cosas!

A Pau le latía fuerte el corazón por haberse levantado tan repentinamente. Se levantó, miró impulsivamente el celular esperando en vano un mensaje de Camila, y prendió la ducha.

Mientras se empezaba a desvestir, se dio cuenta de que se había dormido con el corpiño puesto, hábito poco usual en ella. Luego se metió en la bañadera, y mientras se mojaba el pelo comenzó a recordar varias escenas del día anterior. Sentía que más que un día había pasado un mes.

Tenía ganas de llorar, de encerrarse a pensar. Sentía un quiebre, un cambio grande en su vida, sin vuelta atrás. Sentía que estaba dejando atrás toda esa farsa que había montado desde su adolescencia.

¿Qué tenía que hacer ahora? ¿Elegir entre dos mujeres? ¿Tenía realmente esa posibilidad? ¿Alguna de las dos estaría dispuesta a elegirla a ella? No había nada concreto. Tampoco Pau sabía qué era lo que quería.

Tenía muchas ganas de refugiarse en la protección de una persona como Camila, pero a la vez tenía pánico de salir lastimada. Se sentía muy susceptible frente a ella, con su presencia, su personalidad, su experiencia…

Y Ceci… no podía ponerse a salir con Ceci. No, Ceci nunca se jugaría así, no dejaría a su novio. Pero, dios, cuanta atracción que tenían… No, basta, es su amiga, es muy difícil ponerse a salir con una amiga. Dificilísimo.

Pau se trataba de convencer de algunas cosas, porque necesitaba una dosis de certeza para afrontar esta situación tan excitante e inesperada que estaba viviendo.


Jueves 1 de octubre – 09:24 hs. Daniela
“I could stay awake just to hear you breathing… watch you smile while you are sleeping… while you're far away and dreaming”
“I could stay awake just to hear you breathing… watch you smile while you are sleeping… while you're far away and dreaming”
“I could stay awake just to hear you breathing… watch you smile while…

- Hola, hola! – Dani atiende el teléfono, muy dormida. Era el ringtone de Germán, que había sonado varias veces ya.
- Gorda, que dormida que estás! ¿No te ibas a acostar temprano ayer?
- Eh… si, si, es que tengo mucho sueño atrasado, me hacía falta dormir muchas horas
- ¿No sabés que día es hoy?
- Si, mi día de franco, en el que me gusta dormir hasta muuuy tarde
- No, tonta, hoy cumplimos tres años y cuatro meses! Cuarenta meses juntos, ¿quién lo hubiera creído?

A Dani se le cayó el mundo abajo. Germán estaba siendo más tierno que nunca en toda su relación. ¿Será porque sentiría que la estaba perdiendo?

- ¿Hoy? Qué lindo, amor… feliz mes! Me sorprende que te hayas acordado!
- Me lo agendé en el celular para que no me retes. Me sorprende más que vos no te hayas acordado. ¿Qué onda? – a Germán ya le había cambiado el tono de voz
- Perdón amor, estoy con otras cosas en la cabeza. El laburo…
- No te creo lo del laburo, a vos te pasa algo más, nena
- Pará Ger, no te rayes. Habías empezado bien! ¿Por qué siempre terminás tratándome así? Siempre desconfiando de mí!
- ¿Sabés por qué? – indaga Germán
- No, no se!
- Porque te amo demasiado. Y todos los días me angustio pensando en que te puedo perder. Puede aparecer alguien nuevo en tu vida y…
- Amor, no te hagas la cabeza. No va a aparecer nadie que me ame como vos. Olvidate. ¿Sabés que soñé con vos? – lo interrumpe Dani, tratando desesperadamente de huir del tema que había tocado su novio.


Jueves 1 de octubre – 10:15 hs. Paula
Pau estaba en la parada del colectivo desde hacía larguísimos minutos, malhumorada y con sueño. Era la primera en la cola, y estaba apoyada justamente en el caño que sostiene el cartel de la parada.

Se puso a masticar unos caramelos, de pura ansiedad. Pensó en tomarse un taxi, pero tenía sólo dos pesos en la billetera. Más mal humor…

En un semáforo en rojo, se dio vuelta para mirar la cola detrás suyo, para ver si era la única infeliz que estaba esperando ese colectivo. Para su tranquilidad, había más de diez personas con claros signos de impaciencia. Notó que alguien en la mitad de la cola le estaba clavando la mirada: era una chica rubia, con los ojos delineados de negro.

La rubia se percató de que Pau había notado su mirada. En consecuencia, se prendió un cigarrillo y comenzó a fumarlo sin quitarle los ojos de encima, en un claro signo de provocación.

Paula estaba divertida, a la vez algo incómoda, y sorprendida. Mientras en su mente comenzaba a concluir que el mundo era mucho más gay que lo que ella había imaginado siempre, la chica rubia se da vuelta de golpe porque un chico le toca el brazo. Pau nota en ella una expresión algo descolocada, pero a los pocos segundos se estaba abrazando y besando con ese chico.

Pau se quedó abstraída con esa imagen. Pero su abstracción fue rápidamente interrumpida cuando la gente que estaba detrás suyo comenzó a apurarla con malos modos: había llegado el colectivo. Y la rubia no subió…


Jueves 1 de octubre – 10:15 hs. Daniela
Dani no pudo seguir durmiendo, el llamado de Germán la había desvelado. Se sentía con mucha culpa, no sabía cómo iba a hacer para manejar el tema de Lorena. No quería mentirle más a su novio.

Se levantó de la cama, porque se acordó que tenía que ir al centro para buscar el duplicado del DNI que había tramitado hacía casi un mes.

Mientras se lavaba los dientes, fue al cuarto de Sebastián, para ver si se había podido levantar para ir al colegio. La cama estaba vacía: o se había quedado con los muchachos del bar, o se había levantado responsablemente para ir a estudiar. Conociéndolo, la segunda opción era muy poco probable.

Se puso rápidamente un jean y un buzo con capucha, y salió de su depto.

Llegó a la parada del 152. Había varias personas en la cola, lo cual le llamó la atención ya que era un colectivo que solía venir con bastante frecuencia.

Comenzó a mirar con simpatía a una chica que estaba primera en la fila, de espaldas a ella, que movía ansiosamente un pie y comía unos caramelos Sugus en cajita. Estaba claramente malhumorada. Dani se sintió feliz de no tener que ir a trabajar ese día.

Que lindo pelo que tenía esa chica. Castaño, pesado, bien largo. Como a Dani le hubiera gustado tener –el suyo estaba un poco “castigado” por la planchita y el secador, como ella siempre decía-.  La chica se dio vuelta de golpe, como si hubiera adivinado que Dani le estaba observando. La volteó con la mirada, y Dani no se pudo resistir. Cada vez caía más en cuenta de que las mujeres le gustaban en serio.

Se puso un poco nerviosa, y tuvo que prender su primer cigarrillo de la mañana. Se esforzó por mantenerle la mirada.

- Germán!! ¿Qué hacés acá?!


Jueves 1 de octubre – 13:22 hs. Paula
- ¿Qué pasó Paulita hoy a la mañana? Viste, ahora que el gerente está de viaje todos hacen lo que quieren… - exclama Carlos, el compañero de oficina de Pau, haciéndose el gracioso frente a Brian, el cadete de la oficina.

Paula los miró con odio. Se le ocurrían doscientos insultos para responderle, pero sabía que las consecuencias no iban a ser buenas.
- Me fui de putas anoche, y hoy a la mañana no me podía levantar – respondió, siguiéndoles la broma
- Ah mirá que bien! – exclama Carlos, algo descolocado. Paula nunca le retrucaba los chistes
- Si, fui al lugar que me recomendaste vos

Carlos y el cadete rieron con una burda complicidad.
- Que suerte que seguiste mi consejo… ¿fuiste con la morocha que te recomendé?
- No, a mí me gustan las rubias – responde Pau, recordando a la rubia por la que se había sentido atraída en la mañana
- Che, me parece que eso lo dijo en serio… - exclama Brian, codeando a Carlos
- ¿Vos decís que Paulita está en la nueva onda gay, que está de moda ahora? – agrega Carlos
- Carlos, la onda gay existe desde la prehistoria, vos sos el troglodita que recién abriste los ojos. – responde Pau, fastidiada
- ¿Pero estás o no estás?
- ¿En dónde, Carlos?
- En la onda gay
- Voy a dejar la respuesta librada a tu imaginación
- ¿Qué?! No nos podés dejar así… - solicita Brian, a quien Pau detestaba más que a Carlos, ya que no sólo vivía molestándola, sino que lo hacía solamente para quedar bien con Carlos. No tenía personalidad.
- Chau chicos, me voy a almorzar…


Jueves 1 de octubre – 13:22 hs. Daniela
- Listo, empanadas en el horno!
- Gracias, Ger… me había quedado con ganas de comer empanadas
- ¿De cuándo?
- Nada, dejá…
- Bueno… vayamos a mi cuarto mientras esperamos que se cocinen, así te hago unos mimos

Se acostaron juntos en la cama de dos plazas de Germán, y Dani encendió la televisión.
- ¿Para qué prendés la tele, amor?
- Eh… para que esté de fondo
- Pero si a vos no te gusta hacerlo con la TV encendida…

Dani se puso totalmente incómoda. No podía creer como en tan poco tiempo podía haber llegado a ese nivel de rechazo con su novio.
- Quedémonos acostados un ratito…

Germán no respondió, y se quedó mirando fijo la TV, mordiéndose una uña. Era un hábito que tenía cuando quería contener el enojo.

Dani se planteó por primera vez seriamente terminar su relación con Germán. ¿Qué pasaría si cortaba? Quizás caería en los brazos de Lore, desesperada, de quien obviamente no iba a obtener contención. O empezaría a frecuentar lugares gays todos los fines de semana con su hermano. La idea la horrorizó.

- Dejá de morderte esa uña, tonto. Dame un beso…

4 comentarios:

  1. Felicitaciones por el Blog!!! Ya era hora!!! :D

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  2. heeey cuando publicas la sigueinte parte?.. ya qiro saber qe pasa solo me qede con el suspenso

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  3. Yo creo que esta historia tiene que ser terminada... tengo la férrea convicción de que va a ser un éxito incomparable...

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